Programa de compra y contratación verde de Euskadi 2030
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A los defensores de
la acción estatal les preocupa la persistente desconfianza social en el rol de la Administración Pública. Como apunta Mariana Mazzucato, "Durante
los últimos cincuenta años, el pensamiento económico de la escuela de Chicago
ha reducido nuestra fe en lo que puede hacer el Estado". Esta desconfianza
se ha extendido a la capacidad de los Estados para resolver los grandes
desafíos actuales como el cambio climático, la pobreza y las desigualdades
sociales o la incertidumbre económica.
Nos ha parecido
muy interesante la iniciativa del gobierno vasco denominada “Programa de compra y contratación verde de
Euskadi 2030”. En este punto,
creemos importante reflexionar sobre el papel que pueden desempeñar estas
potestades contractuales en el bienestar global. Hace más de dos décadas, las
naciones reconocieron que una de las razones principales de la
degradación ambiental y la injusticia social eran los patrones de producción y
consumo insostenibles. También se hicieron conscientes del papel que desempeñan
los gobiernos en el consumo (un 14 % del PIB de la Unión Europea) y de la gran
influencia que pueden ejercer en el mercado. En este sentido, se empezaron a
comprometer a la promoción de políticas de contratación pública que aceleren la
transición hacia patrones de producción y consumo sostenibles. Todos estos
compromisos han permitido que la contratación pública pase a ser considerada como estratégica para la consecución de objetivos políticos globales como los
Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS). Así la
Agenda 2030 ha fijado un (ODS) específico para las compras públicas
sostenibles: ODS 12.7. «Promover prácticas de adquisición pública que sean
sostenibles, de conformidad con las políticas y prioridades nacionales».
En nuestra
opinión “Programa de compra y contratación verde de Euskadi 2030” quiere ir más
allá de lo que hasta ahora se está haciendo en relación a los requisitos
ambientales exigidos en la compra pública. Si bien este programa tiene una
visión y principios claros lo interesante es que el programa plantea unos
objetivos y resultados esperados a cumplir en el medio y largo plazo, cuantificables
y, por tanto, evaluables fácilmente.
Resultados esperados:
1.
Porcentaje de reducción de las emisiones de
carbono asociadas a la adquisición y uso de productos, obras y servicios verdes
16 % ( en el año 2025) 26 % (en el año 2030)
2.
Porcentaje del suministro de electricidad
procedente de fuentes renovables en las entidades públicas adheridas 70 % ( en
el año 2025) 100 % (en el año 2030)
3.
Porcentaje de envases reciclables o
reutilizables incluidos de forma relevante en las licitaciones de las entidades
públicas adheridas 50 % ( en el año 2025)
100 % (en el año 2030)
4.
Porcentaje de residuos (Tn) procedentes de obra
con destino a revalorización 80 % ( en el año 2025) 95% (en el año 2030)
Esta iniciativa
solo puede llevarse a cabo con el liderazgo de la Administración Pública. Es
verdad que en la compra pública la administración tiene un rol definido por la
ley de quien posee la “potestad “ de contratar frente a las empresas
licitadoras que se tienen que amoldar a sus requisitos. Pero ahí está la posibilidad de cuestionarse
como puede desarrollar major mis funciones. Terminando con palabras de Mariana Mazzucato “It’s not about big
government or small government. It’s about the how.”
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